1. ¡Hazle caso a las especificaciones!

 

Realizar los cambios necesarios en tu vehículo: cambiar el aceite, el líquido refrigerante, las bujías y los filtros de aire, aceite y gasolina, es importante; pero también es importante hacerlo de manera oportuna y conforme a las especificaciones del fabricante. No se trata de marcas, sino de tomar en cuenta el kilometraje y lo recomendado para tu modelo.

 

El cambio de coolant se recomienda a los 7,000 km para casi cualquier tipo de vehículo; los cambios entre motores con aceite mineral y aceite sintético difieren, el primero necesita cambios cada 5,000 km, pero el segundo los necesitará hasta los 9,000 km.

 

2. Cuida tus inyectores.

 

Los inyectores de combustible son los encargados del buen desempeño del motor y son quienes determinan el ahorro de gasolina y la potencia del vehículo. Es importante realizar el lavado y calibración de inyectores cada 15,000 km, pues al interior de estos se forman sedimentos que provocan un ingreso deficiente de gasolina.

 

3. Evita los acelerones innecesarios.

 

El mayor consumo de combustible en un vehículo se produce al arrancar desde 0 km/h, porque el motor tiene que mover el vehículo sin ninguna ayuda; si al arrancar deseas acelerar mucho y lo más pronto posible, forzaras al motor a utilizar el máximo consumo de gasolina posible.

 

5. "D" de deja de mover el Drive.

 

En los vehículos automáticos, es normal ver que el conductor mueva la palanca de velocidades a Drive sin esperar que este se detenga. Mover el Drive en cada alto provoca el cambio de la dirección del fluido de transmisión mientras el vehículo se encuentra en movimiento y genera una presión excesiva en las válvulas. Estos cambios sólo generan desgaste en la transmisión y un mayor gasto de combustible.